La historia relata como las pandemias más catastróficas se desarrollaron y expandieron como consecuencia de la ausencia de higiene, por hábitos inadecuados en la evacuación de excretas, desperdicios y aseo personal como el lavado de manos, utensilios y manejo de alimentos, lo cual muchas veces respondió a diferentes prácticas culturales, siendo testimonio de ello no solo la información escrita sino también la visual, por medio de dibujos, pintura, escultura y muchas veces reproducida a través de producciones cinematográficas donde se exponen las diferentes costumbres y enfermedades que llegaron a diezmar poblaciones en diferentes etapas de la historia como en diferentes partes del Mundo.
El triunfo de la Muerte, de Peter Brueghel el Viejo
Hoy con el Covid 19, la primera pandemia global, nos recuerda que, a pesar de haber evolucionado en diversos aspectos tecnológicos y científicos, siguen siendo los hábitos de higiene la mejor practica de prevención de enfermedades de transmisión, al igual que el uso de espacios ventilados, iluminados y limpios, en los que se tendrá que adicionar las condiciones de la actual pandemia que nos obliga a permanecer en nuestras casas. Por lo tanto, a futuro los espacios residenciales tendrán que ser más flexibles y que conecten más con el exterior, función que cumplen bien los balcones a los que se pueden incorporar elementos verdes (jardines verticales, cuadros verdes, etc.) en la medida de lo posible y con ello no perder la sociabilización y comunicación entre los miembros de cada comunidad.
Aquí algunos espacios que fueron el resultado de lo que se aprendió de las pandemias anteriores y que hoy cobran cada vez más protagonismo en nuestra vivienda, donde no deja de estar presente la estética y la función sino también aspectos que mejoran la salud física y mental que finalmente aportan al bienestar de sus habitantes.
Los baños
La ausencia de servicios de alcantarillado causantes de las enfermedades más devastadoras durante la Edad Media, época en la que los desechos y las excretas se echaban a canales que surcaban la ciudad, era algo atractivo a roedores, insectos y aves de rapiña, con lo que se estimaba que las enfermedades que se contraían eran por el aire contaminado que se respiraba así como por la transmisión directa por picadura de insectos o mordedura de alimañas. Esta conducta o modo de vida es lo que se consideraba una patología social que abarcaba a todas las clases sociales.
El tendido de redes de alcantarillado “se inició recién en el siglo XIX cuando empezó a arraigar el concepto de la higiene en la sociedad, es así como la primera red de alcantarillado tal como la conocemos en la actualidad se construyó en Alemania en 1843, en la ciudad de Hamburgo. Más adelante, en 1885, el alcantarillado se empezó a adaptar de manera generalizada en Inglaterra, París y otras ciudades europeas y dotándolas de una legislación completa al respecto.”
Es con la creación del espacio privado para el aseo y desarrollo de las funciones biológicas humanas, así como el confort sensorial y social, en que este espacio se abrió paso en nuestras viviendas y hoy es uno de los mas cuidados por el diseño.
Inodoro de válvula Óptimus de Stevens Hellyer – 1870 (izq.) / “El barreño” Pintura al oleo de Edgar Degàs – 1888 (centro) / Aguamanil con bacín (abajo) y conjunto de jofaina (arriba) - finales S.XIX
Acorde a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por medio de la reutilización de aguas grises. Modelo de lavabo e inodoro W+W de Roca (izq) / Inodoro multifunción “In Wash” de Roca (der.)
BALCONES Y TERRAZAS
El uso social y sanador de sentir el aire, el sol entrar en contacto con la comunidad y la naturaleza, hoy más que nunca la experiencia del confinamiento nos ha llevado a hacer un uso intenso de un espacio que recupera su función de conexión con el exterior, pero que no todos gozan y que empuja a la actualización de las normativas vigentes en el país, considerando el rol que cumplen.
LA ILUMINACIÓN Y VENTILACIÓN
Son criterios que se empezaron a tener en cuenta en el diseño de los espacios, como recomendación médica; una clara alusión a ello es la novela “El jardín secreto” de la escritora inglesa Frances Hodgson Burnett (1849-1924), basada en la historia de una huérfana post epidemia del cólera en la India, en donde se aborda el miedo de los niños al imaginar que se despiertan un día y se encuentran con su familia muerta, en donde la oscuridad y poca ventilación arropan a la muerte, demostrando con claridad la recuperación de la salud por medio del paso de la luz tras las ventanas, la ventilación y el contacto con la naturaleza.
Una ventilación deficiente duplica el riesgo de sufrir bajones de energía, favorece los dolores de cabeza y empeora los síntomas respiratorios como la tos. Además, los ambientes cerrados y la humedad pueden favorecer la transmisión de virus. Expertos del Departament de Salut de la Generalitat de Cataluña aconsejan: Ventilar todas las estancias de la casa, en especial aquellas en las que se concentren más personas, un mínimo de 10 minutos tres o cuatro veces al día para asegurar una correcta renovación del aire.
LOS MATERIALES
Entre los años 4000 a 2000 A.C. se encontraron evidencias de las propiedades del cobre. La plata y piedra de alumbre como método de potabilización del agua , como un conocimiento empírico de las propiedades de cada uno. El más importante en cuanto a salud es el cobre ligado a la historia de la salud, tratamientos médicos y tecnología, siendo una de las características mas importantes de este material sus propiedades antibacterianas matándolas al 99,9% sin importar la humedad y temperatura del lugar. El cobre en su forma natural inactiva gérmenes, bacterias y virus en las superficies.
Sala UCI intervenida con material de cobre laminar
La inclusión del cobre como material antibacteriano en la arquitectura sanitaria ayuda a resolver la gran paradoja que existe en los servicios asistenciales; entrar a servicios de salud para sanarse de una enfermedad puntual y adquirir enfermedades de riesgo de muerte. Esta investigación demuestra la eficacia del cobre en formato laminar en vez de sólido, haciendo mediciones de ATP con luminometría, abriendo un camino factible para el cobre como revestimiento antibacteriano y dotando de su propiedad antibacteriana superficial a costos reducidos, sin necesidad de cambios de mobiliario ni obras.
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